sábado, 25 de junio de 2011

Se fue el gran periodista y profesor Daniel Casal

Tuve la suerte de conocerlo en una cobertura que hicimos el año pasado en el Precoloquio de IDEA en la Ciudad de Rosario. Había escuchado a varios alumnos suyos destacando su labor como docente. Hablaban de uno de esos tipos que disfrutan transmitiendo su experiencia sobre terreno y por supuesto, de su ímpetu para debatir sobre todas las contradicciones y temas más escabrosos que plantea nuestra profesión. Apenas llegamos al hotel hicimos migas con él y otros varios colegas y después fuimos juntos a trabajar al hotel donde se desarrollaba el evento. En el camino nos reímos mucho de los nombres de los programas de la emisora en la que ambos trabajamos, Radio El Mundo, recordamos a Dario del Arco y su "Del Arco Político", a Carlos Mira y su "Mira quien Habla", a Pablo Wende y su "Pablo y a la Bolsa" y también el de Emilio Perina "Perina por el Mundo", yo le tiré que le iba a proponer a Willy Khoan que me dejara hacer un ciclo de quince minutos que se llamara "Con la Pera Alta", y con un slogan bien contundente "un ciclo de verdades a medias" (ja ja!!!)... nos cagamos de risa y una vez en el Hotel nos pusimos a laburar. Danielito se sentó en la máquina y se puso a hacer la crónica de una jornada tan habitual como otras acompañada de café y muchas masitas. Cada vez que tenía alguna duda, debido a la confianza que Casal me había dispensado, no hacia más que entrar a la sala de prensa y encararlo. El siempre atento y con un grado de solidaridad difícil en esta profesión me ayudó todas las veces que hizo falta. Terminanos la larga jornada y nos invitaron a cenar en el centro de la urbe rosarigacina. Yo elegí lo mismo que él, una pastas regadas con buen vino tinto. De postre, lo mismo, un Don Pedro. Yo le conté la anécdota de Anibal Troilo que al tener prohibido totalmente el Whisky había hecho un acuerdo con un heladero amigo para que cuando fuera con su mujer, Zita, le pidiera delante de ella "ese postre nuevo" "¿Cómo es?", preguntaba haciendose el zonzo, "¿San Pedro no?... si, servime uno de esos pibe", decía Pichuco disimuladamente. La mujer creía que el bandoneonista saboreaba sólo cremas heladas y lo veía disfrutar con entusiasmo del "inocente" postre. Anibal terminaba yendose del local con un pedo terrible que sabía ocultar con muy buen tino , el heladero era muy generoso con la dosis de escocés.... Risas, cargadas, algo de política y chusmerio profesional hicieron que la noche fuera genial. Después llegó la hora de la aburrida procesión a la habitación del lujoso apart. Pero claro, Dani en el hall nos regaló una sorpresa. Pidió una copa en el bar y se sentó invitándonos a estirar un rato más la noche y la madrugada. Ahí, yo con mi Fernet y mis compañeros con otros elixires varios, pudimos hablar de minas, amores truncos y concretados, relaciones y anécdotas de viaje y otras yerbas más. Duró poco pero no lo olvidaré jamás. A partir de ahí me convertí en un fiel oyente de su "Tomatelo con Calma", uno de los mejores ciclos de la 1070, después me enteré la trampita que no me contó, a él le decían Tomate y ahí compredí el juego de palabras en el nombre del ciclo. Groso! vivís en el recuerdo de los que compartieron tu vida con vos y de los que sólo estuvimos una horas disfrutando de tu gran amistad.

No hay comentarios: