jueves, 3 de septiembre de 2015

El sexo no provoca infartos, salvo entre los infieles


Estudios llevados a cabo por médicos alemanes concluyeron que el sexo no aumenta el riesgo de sufrir un infarto cardíaco, salvo en el caso de hombres que son infieles. Asimismo, los pacientes cardíacos pueden retomar su vida sexual sin problemas después de sufrir un infarto, concluye el equipo de investigadores, de la Universidad de Ulm y encabezados por Dietrich Rothenbacher, en un artículo publicado en el Journal of the American College of Cardiology. Durante diez años, los expertos examinaron a 536 pacientes de entre 30 y 70 años. Los participantes aportaron datos sobre su actividad sexual durante los primeros doce meses anteriores al infarto. Más de la mitad de ellos dijeron que tenían relaciones sexuales por lo menos una vez por semana y un 15% se declaró abstinente. Asimismo, se los consultó sobre cuándo fue la última vez que tuvieron relaciones antes del infarto. Solo tres personas dijeron que en la hora que precedió al infarto y casi 80% más de 24 horas antes. Un centenar de los más de 500 pacientes volvieron a sufrir un infarto cardíaco, una apoplejía u otro accidente cardiovascular en los diez años siguientes. Sin embargo, la frecuencia de su actividad sexual no influyó el riesgo de forma negativa. "Es importante asegurarles a estos pacientes que no deben preocuparse y que pueden seguir con su vida sexual normal", dijo Rothenbacher y agregó: "La actividad sexual es segura e importante para la psiquis y para la relación". Según los científicos de Ulm, menos de la mitad de los hombres y menos de un tercio de las mujeres son asesorados sobre la vida sexual que pueden llevar tras un infarto. "Es un tema sobre el que se habla demasiado poco", enfatizó Rothenbacher. Estudios anteriores indican además que la infidelidad puede ser más peligrosa que el sexo en la pareja. Médicos forenses de la Universidad de Fráncfort analizaron unos 60 casos en los que hubo fallecimientos durante las relaciones sexuales. Cincuenta y seis de las víctimas eran hombres que sufrieron un infarto y tenían una edad media de 59 años. Más de la mitad murió cuando tenía relaciones con una amante y solo uno de cada cuatro falleció mientras copulaba con su propia esposa, señala la revista especializada Bild der Wissenschaft. El resto perdió la vida cuando se masturbaba. Científicos británicos llegaron a conclusiones similares, agrega la información. Las causas son motivo de especulación. Una tesis reza que los hombres más maduros realizan un mayor esfuerzo sexual fuera de casa que con su propia mujer. En el estudio de Fráncfort llama la atención que la prostituta o amante era una media de 20 años menor que su compañero. Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), el sexo demanda un esfuerzo físico similar al que se realiza caminando rápido o subiendo algunos pisos por las escaleras. "Quien haga esto sin problemas no tiene por qué preocuparse", destaca la entidad.

Fuente: Infobae

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