martes, 5 de junio de 2018

Los fármacos y la atribuida capacidad de la psiquiatría para restaurar la capacidad de trabajo

El médico psiquiatra Alberto Fernández Liria ha publicado el libro Locura de la Psiquiatría. Apuntes para una crítica de la psiquiatría y la “salud mental”. En la actualidad, trabaja en el Hospital Príncipe de Asturias, en el que es director del Área de Gestión Clínica de Psiquiatría y Salud Mental. En esta entrevista cuenta cosas como: “La atención a la salud mental está hoy en un momento de crisis profunda”.
-En su trabajo expone ideas “revolucionarias” que no creo que sienten muy bien a sus compañeros de profesión: La historia de la Psiquiatría, entendida como el modo de concebir y enfrentar la pérdida de la salud mental, no puede explicarse a partir de lo que los psiquiatras u otros profesionales dedicados a esa tarea. ¿Por qué pararse ahora a reflexionar sobre la historia de la psiquiatría?
Porque la atención a la salud mental está hoy en un momento de crisis profunda. Los conceptos de los que nos hemos servido para explicar nuestro trabajo en los últimos años no pueden seguir sosteniéndose a la luz de los nuevos datos.
Las prácticas que hemos estado desarrollando están siendo objeto de críticas profundas y deben cambiar radicalmente. Para afrontar esa crisis es necesario entender cómo hemos llegado a ella, aprender de la experiencia, para no repetirla, para avanzar…
-Usted habla de la psiquiatría y la salud mental que conocemos el común de los mortales ¿no?
Sí. Utilizo los dos términos para referirme a las disciplinas que se han ocupado de la atención de la salud mental de la población y a quienes la pierden. Es una tarea en la que participan profesionales con titulaciones y formación diferente que, además, han sido diferentes a lo largo de la historia.
-¿Cómo ha cambiado la psiquiatría a lo largo de la historia?
La psiquiatría es una disciplina que ha experimentado enormes cambiosdesde sus orígenes. Los hospitales psiquiátricos surgen en Europa en el siglo XV con las primeras aglomeraciones urbanas para retirar de la convivencia a personas con comportamientos que en las sociedades rurales podían ser manejados de otro modo.
En un principio los hospitales eran instituciones de caridad que generalmente dependían de la Iglesia. La psiquiatría nace durante la Ilustración. En esta época las personas con trastornos mentales eran sometidas a una exclusiónque necesitaba ser justificada. Para ello se redefinió la función de la institución y los médicos se hicieron cargo de hospitales que llevaban siglos funcionando sin ellos. Los médicos aportan a ese espacio preconstruido del manicomio la idea de que las personas están allí recluidas porque padecen enfermedades y que la función de la institución es contribuir a curarlas.
-¿Y no fue así?
En realidad no. A mediados del siglo XX era ya evidente que el manicomio no solo no era un instrumento útil de sanación, sino que muchos de los problemas que se le atribuían a la locura se debían a un efecto nocivo de esta institución.
-¿Explica esto el gran crecimiento del uso de psicofármacos en nuestras sociedades?
Sólo en su inicio. Para entender el alcance no sólo del uso de fármacos sino también de otros remedios (de la psicoterapia a la meditación) y de las cosas que se atribuyen a las alteraciones de la salud mental, es necesario considerar lo que llamo el tercer encargo: el de hacer crecer un mercado el de los psicofármacos que ha dado lugar a uno de los sectores industriales más productivos de nuestra época.
Para que esto suceda ha hecho falta que los profesionales de la salud mental contribuyamos a la creencia de que el malestar emocional se maneja mejor utilizando fármacos o recurriendo a algún tipo de expertos.
Fuente: Buefete Almodóvar y Jara

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