miércoles, 3 de agosto de 2011

Se nos fue el violinista de la Línea B de subtes

Quien de los que suele tomar esa línea no lo escuchó alguna vez. Las circunstancias de la partida las dejamos para los morbosos de siempre, una accidente estúpido. Lo cierto es que Julián era un gran compañero musical para todos los pasajeros que a esas horas pico viajaban hundidos en sus pensamientos, problemas y sueños. En el vídeo que algún viajero grabó en el camino, se generó la química de su naturaleza diaria: el mundo que lo circundaba; sus melodías y las voces de la gente entre la que se perdía con su violín como uno más. Hasta siempre hermano!

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