Deja de creer que este mundo es la verdad y la absoluta realidad. Recuerda, esto solamente es temporario y está cambiando constantemente. Es solo una experiencia de aprendizaje.
¿Qué es lo que genera esta falsa creencia de la aparente realidad del mundo que nos rodea, esta convicción de que todo es “real” y “sólido”? El error surge de la mente, que identifica a estas cosas como reales y palpables, a causa del pensamiento egoísta de separación.
Como consecuencia de este razonamiento equivocado, la hipótesis formulada es: “Si yo puedo verlo, escucharlo, tocarlo, saborearlo y olerlo, entonces debe ser real, pues mis cinco sentidos pueden verificarlo.”
Esta línea de pensamientos parece ser la predominante en nuestra sociedad moderna. El resultado es, claro está, que el ego, la mítica criatura de la mente, comienza a propagar la idea de la especialidad y un estado de separación. Entonces aparece la horrible cara de la codicia desbocada que nos hunde, a nosotros y a todo el mundo, en el caos total.
No tenemos más que mirar a nuestro alrededor, escuchar las noticias en la televisión o leer los encabezamientos del diario local para verdor todos lados los dedos aferrados del miedo.
El miedo de perder algo o el miedo de no tener o de que nos dejen afuera. Nuestra identificación con el complejo ego- mente- personalidad, entonces, se zambulle de cabeza hacia la codicia, el miedo, el enojo, la lujuria, la violencia, la guerra y el odio. Hoy en día lo podemos ver en todas partes. Recuerda, la raíz de este caos total es la ignorancia de nuestra herencia, y el permitir que nuestros egos constantemente nos dividan y oscurezcan este claro conocimiento del Yo, detrás de una cortina de humo de engaño de los sentidos.
Sin embargo, la chispa de nuestra verdadera realidad continúa parpadeando, como una memoria poco clara, en los profundos nichos de cada corazón. Enterrada bajo una montaña de desechos autofabricados de causa y efecto llamada karma, yace la remembranza de nuestra gloria, el recuerdo de que somos la chispa divina del conocimiento eterno, el Dios de este universo, quien está lleno, siempre en paz, en un estado de total bienaventuranza, aquí y ahora. Así que recuerda ser simplemente este silencioso observador de todo. Este es el secreto de la realización del propio Yo. Esto definitivamente influye en cada uno de nuestros pensamientos, palabras, acciones y sentimientos, junto con el verdadero propósito detrás de cada uno.
Inclusive nuestros científicos modernos están de acuerdo en que nada es rígido, aunque constantemente nuestros cinco sentidos nos engañen constantemente que es así. Todo es simplemente materia transformada en una variedad de formas y tamaños, animados e inanimados. Debido a muchos cambios y variaciones en sus estructuras atómicas y moleculares, las cosas entonces parecen diferentes y distintas. Estas estructuras y partículas se mueven continuamente, o vibran a distintas velocidades, por lo que tienen la apariencia de sólidas, liquidas o gaseosas ante nuestros sentidos. La aparente solidez de una pared, cuando es vista bajo un microscopio electrónico de gran poder, es inexistente. Entonces, si tomáramos todo en la Creación y lo desmenuzáramos, ¿qué es lo que quedaría?
Solamente la danza cósmica del Amor y la Luz de las moléculas y átomos.
Entonces ¿qué es real?
La palabra en si connota algo eterno, absoluto y sin cambios. Dado que todas las cosas están cambiando constantemente, reordenándose, creciendo y erosionándose, ¿cómo podemos llamarlas permanentes y reales?
Obviamente, no podemos. Por consiguiente, cuando encontramos en nuestras vidas estas experiencias constantes y cambiantes, debemos recordarle esto a nuestra imaginación fugitiva.
Echemos un vistazo a nuestras experiencias con los sueños. En estado del sueño, todos podemos ver, escuchar, tocar, parpadear y oler igual que en el estado de vigilia. Todo parece real para el soñador. Sentimos excitación y preocupación, placer y dolor, miedo y júbilo, alegría y tristeza, y hasta, si uno se golpea la cabeza de sueños contra una pared de sueños, entonces experimentara un dolor de cabeza de sueños. Podemos ser un emperador adinerado, gozando de todos los lujos imaginables, o podemos ser un pordiosero tullido que apenas puede mantener en una pieza su cuerpo y alma. Todo parece y se siente tan real como si estuviéramos despiertos.
Sin embargo, como nos despertamos de tales sueños, suspiramos aliviados o tristes y decimos: “Oh… fue nada más que otra experiencia de sueños.”
De la misma manera, en el instante en que nos despertemos de este sueño de la vida, esta experiencia cambiante del “Yo soy la conciencia del cuerpo”, nuestro Dios o espíritu conciencia suspirará y dirá: “Oh… No fue más que otro sueño de experiencia en la tierra.”
Cuando las cosas en tu cambiante sueño terrestre se vuelvan agitadas, respira profundamente, cierra los ojos. Así comprenderás que esto es solamente otra experiencia momentánea que pronto cesará, ya sea de placer o de dolor, de alegría o de pena , de risas o de lágrimas.”
Mantente sereno, permanece tranquilo, querido hermano, y deja que tu mente contemple, para luego esparcirse profundamente en tu eterna naturaleza inalterable.
“Enfrenta los desafíos de la vida cara a cara, y procede de la mentira a la verdad, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la inmortalidad.”
Sathya Sai Baba.
Fuente: Espiritualidad Diaria. Enseñanzas de los LIGHTSTORM
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