La guerra de las encuestas

Recuerdo cuando una profesora de Comunicación Social explicaba en la universidad aquello de que la lucha por el poder se produce no sólo en los estamentos mismos del poder (el Estado) y la estructura de partidos políticos, sino también en el terreno de la información. Allí se desarrolla una pelea sin cuartel en la cual las usinas de diversos intereses hacen uso de todos los recursos que la comunicación pone a disposición para influir, de algún modo, en la opinión publica. Fuera de la teoría hipodérmica que aseguraba que el receptor compraba cualquier pescado podrido que se le ofreciera, pienso que las sociedades van conformando tendencias que derivan del caudal de flujos externos que se perciben diariamente pero también existe un potencial crítico. En base a eso es que, usando el sentido crítico común, para darle un nombre, es obvio que si una encuesta dice que la Presidenta tiene sólo un 18 por ciento de imagen positiva, y otra dice que es de 53 o 64, ambas están mintiendo. Con respecto al primer dato, un gobierno con tan bajo apoyo no se mantendría ni un minuto más al frente del Estado, y en el caso del segundo, estaríamos casi viviendo en un estado de Nirvana, Ergo: estas consultoras juegan para equipos absolutamente contrarios, pero además, nos subestiman.