Cuenta la leyenda, o la historia, que Marcel Proust, autor de la saga En busca del tiempo perdido, se sentaba a escribir, pluma en mano, cuando el sol se desarmaba en un hilo cobrizo sobre el horizonte y las sombras se consumían a sí mismas sobre las calles.
Que se levantaba pasada la tarde y en algún café parisino consumía cuanta croissant pudiese para volver a internarse en su cuarto, forrado con paredes de corcho, para golpear las teclas mientras la luna viajaba por su ventanita.
Otros grandes autores que preferían buscar a su musa inspiradora trabajando -como decía Pablo Picasso- entre medianoche y gallos eran Gustave Flaubert, Friedrich Schiller y Franz Kafka. Por estas y otras razones se ganaron su fama de bohemios, aunque ahora la ciencia reveló la verdadera razón: las personas que se duermen tarde son más creativas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Madrid analizó los patrones del sueño de mil estudiantes y descubrieron que quienes se acostaban más tarde consiguieron un puntaje más alto en pruebas inductivas de razonamiento, asociadas a la inteligencia general.
El 25% del total de los estudiantes fueron clasificados como "mañaneros", mientras que un 32% como "nocheros". Fue este último grupo los que obtuvieron puntajes más altos y mostraron mayor posibilidades de poseer un mejor desempeño académico.
Por otro lado, un trabajo del científico evolutivo Satoshi Kanazawa, junto a sus colegas de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, demostró que existen "diferencias significativas" en las preferencias diurnas-nocturnas de las personas, dependiendo de su coeficiente intelectual.
Según la investigación, aquellos que poseían un coeficiente intelectual más elevado tenían mayor propensión a ser noctámbulos, mientras los de menor IQ preferían realizar todas sus actividades durante el día y prefieren ir a la cama temprano.
"Las actividades nocturnas de rutina no eran comunes en las culturas ancestrales y son una novedad evolutiva. Los niños más inteligentes son más propensos a crecer hasta convertirse en adultos nocturnos, que se acuestan y despiertan tarde, tanto en días de semana como durante los fines", explicó Kanazawa.
Un tercer estudio, realizado por la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Milán, que fue publicado en ABC Science, reunió a 120 hombres y mujeres de distintas edades para que completaran un cuestionario, en el que les preguntaban si se clasificaban como personas diurnas o nocturnas.
El siguiente paso fue que realizaran diversas pruebas diseñadas para medir el pensamiento creativo y, una vez más, los resultados dejaron en una mejor posición a aquellos que eligen trasnochar.
"Esta creatividad está generada a partir de un espíritu no convencional y de la capacidad de encontrar alternativas y soluciones generales", dijo Marina Giampietro, líder del estudio.
Sin dudas, habrá múltiples artistas, escritores y científicos, claro, que prefieren la luz del día para realizar y profundizar su trabajo, pero al menos aquellos que prefieren quedarse hasta altas horas ya tienen una razón para contemplar la luz de la luna sin culpa.
Fuente: Infobae
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