viernes, 27 de agosto de 2021

El Gobierno diseña una estrategia para blindar al Presidente en los dos años de mandato que le quedan

De cara a los últimos 25 días de campaña, el equipo que trabaja con los precandidatos oficialistas y quienes administran la gestión del Frente de Todos, propuso mostrar en este tiempo que resta a un Presidente activo en medio de las repercusiones por la barahúnda de Olivos, en base a una agenda móvil de carácter provincial, con el fin de llevar el discurso que se acordó repetir como un mantra y que gira en torno a la idea de instalar un comienzo de recuperación económica post pandémica, intensificar la vacunación como salida de la recesión y retomar la senda de las críticas a Cambiemos en tres puntos específicos: endeudamiento, la degradación de la Educación y el más relacionado al efecto COVID, la desinversión en materia de Salud pública. Tampoco faltan alusiones a la denominada “Mesa Judicial” y el sistema de espionaje que puso en práctica la mesa chica del macrismo.  El eslogan que reza “la vida que queremos”, pretende sintetizar la promesa de concretar lo que no se pudo hacer desde la asunción del 10 de diciembre de 2019 por culpa del virus global.

Con ese plan bajo el brazo, el lunes el Presidente viajó a San Juan para estar con el gobernador que le dispensa mejor trato junto a Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac. Lo que incomodó otra vez a los asesores presidenciales es su apego a la improvisación previa a hablar. Otra vez el mandatario se encargó de dejar un título adverso a su desgastada imagen: “Fernández se comparó con Sarmiento” replicaban portales y redes debido a la referencia que hizo sobre que ambos presidentes fueron los únicos a los que les tocó gobernar con pandemias. Algo que podría haber resultado banal en el marco de una arenga política terminó molestando al sector camporista del FdT que se preguntó, “¿y la gripe Porcina (A/H1N1) que le tocó a Cristina Kirchner en 2009?”. 

Por esas horas, en una entrevista, el ministro de Hábitat y Desarrollo Territorial, Jorge Ferraresi, aseguró que “nuestro proceso político es 8 años de Alberto Fernández”. Después se sumaron otras voces oficiales a esa declaración, que no tiene otro motivo que mantener en carrera la alicaída figura del hombre que está a cargo del Ejecutivo. En la seguidilla de eventos, ese día un grupo de familiares se acercó a las rejas de Casa Rosada para pedir ver el lugar donde el Gobierno depositó las piedras con los nombres de sus familiares fallecidos por el Coronavirus, que ellos habían dejado previamente en Plaza de Mayo. La decisión fue no permitirles el ingreso sin justificativos. Vale decir que hubo otra resolución inexplicable por parte de las autoridades. Se prohibió desde el principio que los periodistas acreditados en Balcarce 50 tomaran fotos de esa suerte de santuario que tiene una bandera argentina rodeada de dos velas y que se instaló en el Salón Belgrano de la entrada más conocida del palacio gubernamental. Por la insistencia y quejas periodísticas al no poder registrar el material, el equipo de comunicación de Presidencia de la Nación hizo su fotografía oficial y, 48 horas después, permitió que sólo se tomen retratos, pero no grabar vídeos, aunque algunos buscaron la forma de hacerlo.

Por la mañana, el polémico gobernador formoseño, Gildo Insfrán, estuvo en el despacho del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y se cruzó con el Presidente sólo para estrecharse en un cordial abrazo y saludo breve. Insfrán fue en busca de apoyo político camino a las elecciones y, según explicaron algunos voceros, no se tocaron temas referidos a las denuncias que se hicieron por violación a los derechos humanos en su provincia, durante las cuarentenas extremas que impuso.

El martes, en tanto, entró a paso redoblado por la explanada de Casa de Gobierno el interventor de Yacimientos Carboníferos Río Turbio, Aníbal FernándezSe supo que fue a almorzar, como dijo la última vez que pasó por allí, con su amigo el Presidente, sin hablar de ofrecimientos o pedido de cargos ejecutivos. En esa jornada, que iba a ser larga, llegó desde Moscú la ministra de Salud, Carla Vizzotti, junto a la asesora Cecilia Nicolini. En una rueda de prensa en el mismo aeropuerto internacional de Ezeiza, la funcionaria informó que trajo 650 mil dosis de Sputnik V, de las cuales sólo 250 mil pertenecen al solicitado componente 2. En ese marco, negó que haya alguna vacunas contra el COVID-19 en ninguna heladera, algo que había advertido el infectólogo que asesora al Gobierno, Eduardo López, quien habló denas 5 millones de dosis a la espera de ser inoculadas.

Sin solución de continuidad, por la tarde se decidió hacer una conferencia de prensa encabezada por Matías Lammens, para adelantar que se hará una prueba piloto con público en el estadio de River Plate, que será escenario del partido entre la seelección argentina y la de Bolivia por las eliminatorias del 9 de septiembre. Con él estaba Vizzotti, que en ese marco anunció la llegada de 580 mil vacunas de Pfizer en septiembre y justificó la violación a la ASPO en Olivos (el 14 de julio de 2020), al argumentar que “la película compensa el error de la foto”.

En el corte semanal del miércoles se realizó en la sede de Gobierno una nueva reunión del Gabinete Económico, en la que al concluir habló el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien declaró que se trabajó en el Presupuesto 2022, al que denominó “de reactivación económica”, y donde no se tiene como prioridad el posible acuerdo con el FMI. Por su parte, Fernández volvió a dar una clase de Derecho de manera virtual en la cátedra de Teoría General del Delito y Sistema de la Pena, para luego volar hacia Catamarca a participar del bicentenario de la provincia, donde pidió no volver al pasado “ahora que se está recuperando la economía”. El contraste, en materia de sanidad, lo ponían por esas horas la aparición de más casos de la variante Delta en Córdoba y el resto del país, donde ya se reconoció oficialmente que la circulación comunitaria está presente entre los argentinos.

En ese atardecer porteño que caía lento, la sede del Poder Ejecutivo contó con una presencia inesperada. El colega Emiliano Russo, periodista acreditado en Rosada como quien escribe esta nota, dio en el Patio de las Palmeras con la exasesora en imagen y comunicación de la primera dama, Fabiola Yánez: nos referimos a Sofía Pacchi, también imputada por participar en Olivos del cumpleaños de su amiga en plena época de férreas restricciones sanitarias. La modelo y actriz iba a renovar su huella dactilar de ingreso en las oficinas de Casa Militar. La funcionaria que depende de la Secretaría General de la Presidencia que conduce Julio Vitobello, aseguró que estaba trabajando y que nunca fue despedida, como circuló a manera de rumor. La joven estaba custodiada por alguien de Seguridad. Desde fuente oficiales se explicó que ella no pertenece a la planta permanente, sino transitoria, y que fue a cumplir ese trámite para retomar su actividad de manera presencial como el resto de los empleados públicos.

Entre tanto, el jefe de Estado, junto al ministro de Justicia, Martín Soria y su par de Seguridad, Sabina Frederic, acompañados del legislador y precandidato del FdT porteño, Leandro Santoro y la diputada de CABA, Victoria Montenegro, se reunieron con la familia del Policía de la Ciudad de Buenos Aires, Arshak Karhanyan, desaparecido en extrañas circunstancias en febrero de 2019. Se les aseguró que se intensificará la búsqueda y se incrementará la recompensa para quien aporte información certera sobre su paradero. La misma pasará de 500 mil pesos a 5 millones.

A pesar de figurar en la agenda oficial del Presidente, Fernández no cerró el Primer Congreso de la Producción y el Trabajo que se llevó a cabo el jueves en el Museo del Bicentenario. La explicación fue que estuvo una hora y media reunido con la abuela y madre de Guadalupe Lucero, la nena desaparecida en la provincia de San Luis, a las que también se les prometió aumentar la retribución para quienes aporten datos que ayuden a encontrar a la menor. Poco después de esa actividad, el fiscal federal Ramiro González imputó al jefe de Estado y Yáñez junto a sus amigos y colaboradores por la fiesta ocurrida en la quinta presidencial. El mandatario respondió presentando un escrito frente al juez Sebastián Casanello, donde representándose a sí mismo (sin Gregorio Dalbón que iba a ser su abogado hasta que llamó “coimero” al fiscal González), para ofrecerle pagar la mitad de cuatro de sus sueldos consecutivos al Instituto Malbrán, a cambio de que se extinga el delito por el que se lo acusa.

Por la noche, en el acto de cierre de campaña del FdT en Tapebicuá, distrito correntino de Paso de los Libres, ocurrió un hecho conmocionante a horas de las primarias en esa provincia. El diputado de esa fuerza, Miguel Arias, recibió un disparo en el abdomen, por el que tuvo que ser hospitalizado y operado de urgencia, debido a que la bala quedó alojada cerca de la columna vertebral. El presidente Fernández subió un tuit donde confundió a la víctima con un precandidato. El hijo del legislador le reprochó en la misma red su desconocimiento, siendo que el mandatario también es titular del PJ nacional, y le manifestó que le parecía “una total falta de respeto”. El Presidente corrigió el texto y exhortó al gobierno de Corrientes a “que garantice la paz y la seguridad en la jornada electoral (PASO) del próximo domingo”. Antes había dicho que "en un Estado de Derecho, la violencia política es inadmisible. El gobierno provincial debe esclarecer el hecho”.

La ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, que viajó hacia el lugar este viernes, decidió ampliar la custodia del legislador atacado. Mientras tanto, en el Centro Cultural Kirchner (CCK), Alberto Fernández daba una nota a un medio radial en el Día de la Radiodifusión. En la continuidad del reportaje el jefe de Estado salió en defensa de la profesora del partido de La Matanza, Laura Radetich, a quien se acusó de adoctrinamiento escolar luego de que se difundiera un vídeo filmado por uno de sus alumnos cuando daba una clase de historia con fuertes críticas a la administración de Mauricio Macri. El mandatario expresó que “si la maestra que discutió tan acaloradamente con el alumno, le puso un uno, merece todo el reproche, pero que haya tenido ese debate es formidable”. Esa declaración se contradice con la del ministro de Educación nacional, que anteriormente expuso que “nos oponemos al adoctrinamiento” y agregó que no “van a avalar la actuación de la docente”.

En la misma entrevista, Fernández defendió su gestión en pandemia, aseguró que sigue siendo un moderado que promueve el debate y que sigue buscando la unidad de todos, pero aclaró que con él sólo no alcanza. Sobre su oferta a la Justicia por las denuncias en su contra debido a lo que pasó en Olivos, destacó que ya dio “su opinión jurídica sobre el tema” (es decir, que no hubo contagiados después de la ceremonia) y que, para él, “ya es un tema superado”. Con respecto a la próxima batalla electoral, aseveró que se juega un poco la República porque “si ellos vuelven a ganar en posible que vuelvan a ser apropiadores de empresarios, de jueces, persecutores de opositores, de lo que ellos han hecho, es de los tiempos en los que en que el sistema institucional más padeció”. Asimismo, afirmó que aún no hay acuerdo con el FMI y, en relación al supuesto embarazo de Fabiola Yáñez, formuló un seco: “no sabemos, esperemos.. esperemos”.

Ya en su último destino, después de cinco días interminables, el Presidente aterrizó en La Pampa para recorrer junto al gobernador Sergio Ziliotto, una empresa metalúrgica y cerrar la visita encarando un acto junto al mandatario provincial. Sobre el escenario, acompañado también por los precandidatos locales, Fernández reiteró otro alegato a su gestión durante estos casi dos años y garantizó que “el fin de la vacunación está cerca; está muy cerca el momento en que todos estemos inmunizados por la vacuna”, y subrayó “el problema es cuando salgamos, que camino queremos tomar, porque si elegimos el camino del pasado reciente, lo único que vamos a sufrir y vamos a conseguir, es que una vez más el ministerio de Salud, el de Trabajo y el de Ciencia y Tecnología, desaparezcan, la educación pública pase a un segundo orden de importancia, donde la valoración nacional no sea valorada, y se valore más lo importado, donde valga más el pícaro que timbea en la bolsa con acciones y con títulos que el empresario que invierte, arriesga y da trabajo”.

Apuntando a la oposición, resaltó que “acá de repente, pareciera que nadie se cruzó con el expresidente (Mauricio Macri), nadie quiere nombrarlo, nadie quiere recordarlo, pero todos acompañaron sus políticas y casi todos votaron sus políticas en el Congreso. Que no se hagan los distraídos y no nos tomen de tontos”. El mandatario remarcó esto, precisamente cuando, en un giro claramente influenciado por las encuestas, los precandidatos del PRO, María Eugenia Vidal (CABA) y Diego Santilli (Provincia de Buenos Aires) incorporan a Macri en sus estrategias electoralistas.

Fernández recalcó que “nosotros queremos que no haya más argentinos con planes sociales, queremos argentinos con trabajo”. Además, en uno de los segmentos de su alocución señaló que “a los que les debemos una explicación por cada cosa que hacemos y por cada una de nuestras políticas, es a los hombres y las mujeres del pueblo argentino, nosotros no le debemos ninguna explicación a las corporaciones, no somos empleados ni de los bancos ni de las grandes corporaciones”.

Vale decir que el Presidente zigzaguea entre un discurso establecido en los márgenes de una línea pactada con sus aliados del FdT, especialmente con el ala kirchnerista pero, a su vez, toma licencias que para varios operadores que no pertenecen ni comulgan con el llamado “albertismo”, forman parte de una incontinencia verbal que perjudica la táctica general del oficialismo.

Las últimas situaciones que afectaron la investidura presidencial y su credibilidad hicieron decir (en voz muy baja) a un funcionario que ya participó en las dos gestiones de CFK, que Alberto Fernández tenía más poder como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y con la actual vicepresidenta, que hoy como jefe del Estado nacional. Un fenómeno que requiere que, después de las PASO y las generales del 14 de noviembre, haya que conformar un anillo de contención que blinde al mandatario hasta el fin de su mandato en 2023. Esa necesidad lleva inevitablemente a cambios en el Gabinete y varias secretarías. Modificaciones a las que, en ese cuadro de situación, Fernández ya no podrá poner resistencia.

Fuente: Juan Pablo Peralta para Política y Medios (PYM)

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